Situado en el oeste de Europa, el Reino de Bélgica es una pequeña nación soberana de Europa occidental situada entre Francia y los Países Bajos, con Luxemburgo y Alemania al este y 68 kilómetros de costa a lo largo del Mar del Norte. Bélgica está dividida en tres regiones casi autónomas, cada una con su propia lengua oficial. El neerlandés se habla en la región de Flandes, al norte, y el francés en Valonia, al sur. Ambas lenguas son oficiales en la capital, Bruselas, y el alemán se habla en una pequeña zona del este del país, cerca de la frontera con Alemania. La mano de obra del país es muy cualificada y productiva. Casi tres cuartas partes de la mano de obra belga trabaja en el sector de los servicios, siendo los servicios bancarios y financieros especialmente importantes. La siderurgia, la metalurgia y la química son algunas de las principales industrias del país. Bélgica es también un importante centro de comercio internacional. El puerto de Amberes, situado a 80 kilómetros (50 millas) en el interior a lo largo del río Escalda, es uno de los puertos más activos de Europa y uno de los 20 más activos del mundo, y el país está bien conectado con el resto de Europa por una moderna red de carreteras y trenes. Uno de los miembros fundadores de la Unión Europea (que eligió Bruselas como capital), Bélgica ofrece una ubicación geográfica estratégica y estabilidad política a las empresas que se plantean una expansión internacional en Europa.
Los contratos de trabajo en Bélgica pueden ser verbales o escritos, pero la práctica habitual es el contrato escrito, y ciertos tipos de contratos deben hacerse por escrito. Entre ellos se encuentran los contratos de duración determinada, de trabajo a tiempo parcial o temporal y de trabajo a distancia. Las cláusulas de no competencia, las cláusulas de confidencialidad y algunas otras condiciones relacionadas con el empleo también deben constar por escrito. Los contratos de trabajo por escrito deben estar en francés en la región valona de Bélgica, en neerlandés en la región flamenca o en alemán en la región germanófona. En la región de Bruselas, el contrato debe estar en neerlandés o en francés, dependiendo de la lengua que utilice normalmente el empleado. En muchos casos, algunas cláusulas del contrato estarán determinadas por un convenio colectivo. Hay varios tipos de contratos de trabajo que son comunes en Bélgica. El contrato indefinido, o de duración indeterminada, es el tipo más común. Los contratos de duración determinada pueden establecerse por casi cualquier motivo y por la duración que acuerden el empresario y el trabajador. Los contratos de duración determinada expiran en una fecha concreta o cuando se produce un acontecimiento determinado (generalmente la finalización de una tarea, por ejemplo, cuando se termina la construcción de un edificio concreto).
La semana laboral estándar en Bélgica es de 38 horas o de ocho horas al día. Los empleados pueden trabajar 9,5 horas al día si no trabajan más de 5,5 días a la semana, 10 horas si el empleado reside a gran distancia de su lugar de trabajo y, como resultado, está fuera de su residencia más de 14 horas en un día de trabajo, y en circunstancias limitadas, como en el caso del trabajo por turnos, los empleados pueden trabajar hasta 12 horas al día. Los empleados también pueden trabajar en un horario alternativo, como una semana de 39 horas y recibir seis días de descanso al año como compensación, o una semana de 40 horas con 12 días de descanso. Los convenios colectivos pueden prever una semana laboral reducida. En la mayoría de los casos, los empleados sólo pueden trabajar entre las 6:00 y las 20:00 horas. Existen excepciones para los trabajos que deben realizarse por la noche, como el trabajo en hoteles y restaurantes y algunos trabajos de transporte, entre otros. El trabajo nocturno también puede ser permitido por real decreto para ciertos sectores, empresas u ocupaciones cuando hay una necesidad apremiante. Por lo general, también está prohibido trabajar los domingos, pero en la práctica hay muchas excepciones para las empresas que deben operar los domingos para que el país funcione. Las horas extraordinarias se permiten normalmente sólo cuando hay una necesidad imperiosa y se limitan a 78 horas en tres meses o 91 horas al año. Los empleados también pueden optar por hacer "horas extraordinarias voluntarias" de hasta 100 horas al año, sujetas a límites. Un convenio colectivo puede permitir hasta 350 horas extraordinarias voluntarias al año. Los acuerdos sobre horas extraordinarias voluntarias deben establecerse en un acuerdo por escrito. Las horas extraordinarias, incluidas las voluntarias, se pagan con un porcentaje de la tarifa básica del empleado. Si un empleado trabaja su horario habitual en domingo o festivo, se le compensa con su tarifa horaria básica. Las horas extra trabajadas en domingo o festivo se compensan con un porcentaje mayor de la tarifa básica.
Los trabajadores tienen derecho a 30 días de baja por enfermedad remunerada. Los empleados deben informar inmediatamente a su empleador de que no pueden trabajar debido a una enfermedad y presentar un certificado médico. Los empresarios pueden solicitar que un médico independiente verifique la incapacidad laboral del empleado. En general, los empleados de cuello blanco reciben su salario normal de la empresa durante los primeros 30 días de una enfermedad. Una vez transcurridos los 30 días, los empleados pueden recibir prestaciones por enfermedad a través del sistema de seguro médico subvencionado de Bélgica. Si la enfermedad del empleado dura más de un año, puede tener derecho a una prestación gubernamental de invalidez. En Bélgica, los trabajadores pueden pedir una excedencia para cuidar a otras personas en varias circunstancias. Si un miembro del hogar o de la familia (dentro de un margen de dos grados) está gravemente enfermo, el trabajador puede pedir una excedencia de hasta un año para cuidar de él, en bloques de tiempo de uno a tres meses. El empleado también puede reducir su jornada laboral al 80% o al 50% de la habitual durante un máximo de dos años, también en bloques de uno a tres meses. Por lo general, el trabajador debe notificarlo al empresario por escrito con siete días de antelación. El empresario puede aplazar el permiso si existe una razón empresarial de peso, pero no puede negarse a concederlo. El permiso también está disponible para que los empleados proporcionen cuidados paliativos a alguien que está muriendo. Los empleados también pueden hacer uso de su derecho a un "crédito de tiempo" (llamado "interrupción de la carrera" para los empleados del sector público) para estos fines.
En Bélgica, las empleadas tienen derecho a la baja por maternidad y a las prestaciones por maternidad si han trabajado 120 días de los seis meses anteriores al inicio del periodo de descanso por maternidad, han cotizado un mínimo requerido a la seguridad social y cumplen algunas otras condiciones. La futura madre tiene derecho a un permiso de maternidad de hasta seis semanas antes de la fecha prevista para el parto. Sólo está obligada a tomar la última semana. Después del parto, la madre recibe nueve semanas de permiso, y si no utilizó las seis semanas completas antes del parto, puede tomar el tiempo no utilizado después del nacimiento. También tiene derecho a una pausa diaria para amamantar a su hijo tras su reincorporación al trabajo hasta que cumpla nueve meses. El padre u otro adulto que vaya a criar al niño con la madre también tiene derecho a un permiso de paternidad, que debe tomarse a más tardar cuatro meses después del nacimiento del niño. Los padres adoptivos reciben seis semanas de permiso, que deben tomarse en un plazo de dos meses.
Los salarios mínimos en Bélgica se fijan mediante convenios colectivos, generalmente en función del sector y la industria. También varían un poco entre las distintas regiones del país. Los incrementos salariales mínimos anuales suelen estar determinados por los convenios colectivos a nivel nacional, sectorial e industrial. Por ejemplo, el Comité Industrial Conjunto 200 (JIC 200), que representa a más de 450.000 empleados de cuello blanco en Bélgica, realiza una revisión periódica de los salarios y recomienda un ajuste mínimo basado en el índice del coste de la vida. Esto se denomina indexación salarial. Las bonificaciones son habituales, y los empleados suelen recibir una bonificación de fin de año en el decimotercer o decimocuarto mes.
Cuando un día festivo cae en fin de semana, los empleados pueden tomar un día de la semana como permiso. Además de los días festivos pagados, los empleados en Bélgica suelen recibir 20 días de vacaciones anuales pagadas después de un año de servicio si trabajan una semana de cinco días, o 24 días si trabajan seis días a la semana. Los empleados pueden tomar vacaciones durante el primer año de trabajo, pero esto suele reducir su bonificación del decimotercer mes. Los convenios colectivos pueden conceder a los empleados vacaciones anuales adicionales. Los empleados menores de 25 años, que hayan completado sus estudios y hayan trabajado durante al menos un mes en el primer año tras su graduación tienen derecho a un "permiso juvenil" complementario. Este permiso puede ser de hasta cuatro semanas y, cuando se combina con la asignación parcial de vacaciones anuales que el empleado ha obtenido en su "año de trabajo" acortado, hace que el derecho de permiso del empleado llegue a los 20 o 24 días completos. Los días de permiso juvenil se pagan a través de una prestación gubernamental. Los empleados de más de 50 años que han vuelto a trabajar tras un periodo de desempleo tienen derecho a un "permiso de jubilación" complementario. Al igual que el permiso para jóvenes, este permiso eleva la prestación de vacaciones anuales del trabajador hasta los 20 o 24 días completos a los que tendría derecho y se paga con el 65 % del salario habitual del trabajador hasta un límite máximo.
Bélgica ofrece asistencia sanitaria subvencionada. También hay seguros privados.
En Bélgica, los contratos de trabajo pueden rescindirse al final de un contrato de duración determinada, de mutuo acuerdo, por el empresario (con o sin causa) o por el trabajador. Los contratos de duración determinada finalizan automáticamente en la fecha prevista. Pueden renovarse hasta cuatro veces, cada una de ellas por un mínimo de tres meses, por un total de tres años como máximo y sin pausas entre cada contrato. Los contratos de duración determinada de mayor duración pueden requerir la aprobación del empresario. El empresario puede rescindir cualquier relación laboral, incluido un contrato de duración determinada que aún no haya alcanzado su fecha de finalización, sin previo aviso si el trabajador ha cometido una falta grave. El empresario debe notificar al trabajador la rescisión por falta grave en el plazo de tres días laborables desde que tiene conocimiento de la misma. Se recomienda encarecidamente que la notificación de rescisión se haga por escrito y se envíe por correo certificado. Los empleados también pueden dimitir inmediatamente en caso de falta grave del empresario. En general, en Bélgica no se permiten los periodos de prueba, salvo para algunos trabajadores temporales y estudiantes. El periodo de prueba para estos trabajadores es de tres días, pero las partes pueden acordar menos días o que no haya periodo de prueba. El empleo puede terminarse durante el periodo de prueba sin previo aviso. Salvo en caso de falta grave del trabajador o de expiración de un contrato de duración determinada, el empresario está obligado a notificar por escrito la rescisión del contrato a los trabajadores. En la mayoría de los casos, el empresario no está obligado a justificar el despido a menos que el trabajador lo solicite. La notificación de despido debe enviarse por correo certificado o por cédula judicial.
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